La mejor manera de perder su lugar de influencia como pastor es ser apresurado, forzar radicalmente (aun si es bíblico) un cambio antes de que las personas estén listas para seguirlo y apropiárselo. Sería sabio para muchos de nosotros reducir nuestras expectativas y extender nuestro horizonte del tiempo. Realizar un cambio sano en las iglesias para la gloria de Dios, y la claridad del Evangelio, no sucede en el primer año después de que un pastor nuevo llega. Dios esta obrando para la eternidad,
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